El glaseado es una técnica culinaria muy utilizada en repostería, que puede ser aplicado sobre cualquier postre, aunque principalmente se usa para recubrir bizcochos, galletas, bollos o magdalenas.
Es decir, nos encontramos ante una técnica culinaria que consiste en recubrir alimentos con una sustancia brillante, que en la mayoría de las ocasiones tiende a ser dulce.
Aunque existen diferentes variantes y diversos tipos de glaseado, el más común se elabora con azúcar glasé y agua o mantequilla (bautizado con el nombre de glaseado sencillo), o bien existe una variedad llamada glaseado real, y que se elabora con una clara y unas gotas de limón.
Nos encontramos ante una técnica repostera y culinaria cuanto menos deliciosa –además de exquisita- consistente en recubrir determinados postres para aportarles un aspecto brillante y una textura en la mayoría de las ocasiones crujiente (en cuanto el glaseado se seca a temperatura ambiente, o en la nevera).
Por ejemplo, el glaseado es el ingrediente que aporta a los famosos dónuts clásicos la tradicional apariencia brillante. Además, es posible mezclarlo con diferentes colorantes alimentarios para aportarles un color distinto