- 1 pollo troceado (yo he utilizado alitas)
- 1 cebolla
- 1/3 litro de cerveza
- aceite de oliva
- sal y pimienta
- 1 copita (100 ml) de coñac (opcional)
- Sofreimos la cebolla picada unos minutos a fuego lento. A continuación, salpimentamos el pollo y lo salteamos a fuego fuerte durante un par de minutos (esto es importante para que la piel, o la parte exterior de la carne en caso de que la hayamos quitado, quede crujiente y no tenga la desagradable, para muchos, textura de piel cocida).
- Después añadimos la cerveza y, cuando empiece a cocer, bajamos el fuego. Dejamos cocer lentamente durante una media hora, consiguiendo que la cerveza evapore todo su alcohol, hasta que se haya reducido casi completamente.
- Opcionalmente, podemos añadir un poquito de coñac junto con la cerveza.
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