El comino es una hierba muy aromática. Los egipcios ya la utilizaban como especia y con fines medicinales. El comino es una planta de climas mediterráneos y a día de hoy se sigue utilizando sobre todo en la cocina árabe y mediterránea.
Las semillas del comino, similares a los granos de arroz, pero más pequeños, delgados y de color café, se utilizan como condimento en ensaladas y da un aroma característico y sabor diferente a platos de legumbres, verduras, carne o pescado.
El comino pertenece a una familia de plantas que se caracterizan por la forma de paraguas invertido de sus flores y que tienen propiedades terapéuticas. El comino tiene un sabor más intenso y un punto más amargo que el resto.
Gracias al aldehído cumínico, compuesto activo que se encuentra en su aceite esencial, el comino se usa como tónico estomacal, estimulante del peristaltismo intestinal, abre el apetito, facilita la digestión y evacuación; elimina, alivia y previene la aerofagia o gases intestinales, etc.
En la cocina, el comino es un ingrediente indispensable para preparar el curry. Debido a su intenso sabor, hay que emplearlo en pequeñas cantidades, ya que se podría estropear cualquier receta. El comino se puede emplear en la elaboración de platos muy diversos bien sean de carne, pescado, verduras y platos dulces, gracias a su aroma y sabor característicos.
Si se añade a los platos de legumbres, hace que éstas sean más digestivas. Se puede utilizar para condimentar platos de verduras como por ejemplo las coles de Bruselas, haciendo que sean menos flatulentas. Es habitual usar comino para aderezar la carne de cerdo, aunque se puede utilizar con cualquier tipo de carne.
Otro de los principales usos del comino es para la elaboración de algunos tipos de embutidos, quesos y panes. Además, se puede preparar como infusión digestiva para tomar después de comer.
