Ostras: un trozo de mar, en la mesa

ostras cocinadas

Os contamos algunos secretos y trucos para disfrutar al máximo de uno de los moluscos más consumidos en Europa

El imaginario popular las asocia al lujo y el glamour, con el cava como compañero imprescindible, aunque algunos bares de ostras ya ofrecen catas a precios populares. Sea como sea, las ostras son una delicadeza culinaria sin término medio: las adoras o las odias. No hay medias tintas. Debemos tener en cuenta algunas cosas si queremos disfrutar como es debido … y abrirlas sin destrozarlas!
 
ostras

Tres variedades

En primer lugar, debemos saber que hay tres variedades principales de ostras: la plana y redonda, delicada, fina y dulce; la portuguesa, dicha menudo ‘ostrón’, alargada y de cáscara rugosa, y la del Pacífico, que es grande y triangular. Todas las variedades tienen beneficios para la salud, ya que, como muchos otros bivalvos, las ostras son ricas en minerales, tales como hierro, cobre y yodo, y vitaminas (A, B, C y D).
 
sopa de ostras

Una exquisita sopa de ostras

Al momento justo

Las ostras, una vez compradas, no se deben guardar muchos días. Se deben consumir a más tardar tres días después, y se deben guardar en frío y con la parte redonda boca abajo, para evitar que pierdan agua. Por eso es importante que las compre frescas y con la cáscara intacta. Deben oler a mar y llevar una etiqueta que garantice la depuración. La mejor temporada es de octubre a abril, por lo que en Navidad son un alimento muy preciado y consumido, aunque el precio sea un poco elevado.

En la mesa, se suelen consumir crudas, sobre hielo picado, para que se conserven frescas. Añadir unas gotas de limón al abrirlas, para darles el punto final. Sin embargo, también aceptan cocciones como el escabeche suave, el revoque y el gratinado. También se pueden servir con una salsa a base de crema de leche.

 
ostras cocinadas

Gratinar las ostras es una buena eleccion

El momento clave

Abrir las ostras es, seguramente, el momento más temido por la mayoría. Lo mejor es que tome un paño para no cortarse con la cáscara. Ponga la ostra con la parte redonda hacia abajo y clavar el abridor en el punto donde se juntan las dos partes de la cáscara, haciendo un movimiento hasta que se abran por completo. Recuerde que debe abrirse al momento justo de consumirlas y que no las debe guardar mucho tiempo abiertas, porque se dañan con cierta rapidez.

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